"Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca... Hay que medir, pesar, equilibrar... Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de poeta, un poco de pirata y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar que ese barco -ese niño- mientras uno trabaja irá muy lejos por el agua... Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras y pensamientos hacia puertos distantes, hasta islas lejanas... Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada"
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