jueves, 29 de abril de 2010

Para construir tu periscopio

Fácil, barato y divertido

esquemaperiscopioPara construir un periscopio casero necesitaremos dos cajas de dentífrico de igual tamaño, pegamento, dos espejos, y tijeras.

También podemos prescindir de las cajas y usar la ficha , se recomienda fotocopiarla en una cartulina y pegarla posteriormente sobre otra cartulina para darle más consistencia.

Si usas las cajas de dentífrico aquí se detallan los pasos a seguir para su montaje.

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1.- Corta las solapas del cierre de ambos extremos de las dos cajas y abre por completo una de ellas.

2.- Para la parte superior e inferior del periscopio puedes usar la plantilla del modelo que hay preparada, o simplemente recorta dos extremos con un ángulo de 45º.

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3.- Pega el espejo en ambas piezas.

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4.- Monta los extremos y pégalos en el tubo de cartón que no has abierto por completo.

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5.- Ten cuidado de que miren hacia lados opuestos.

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6.- Si quieres puedes forrar el periscopio, colorearlo y decorarlo.

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Mitos riesgosos de Primeros Auxilios

Creemos que está bien y lo hacemos mal


En un mundo ideal, todo el mundo estaría capacitado en primeros auxilios. Sin embargo, cada año mueren en el mundo miles de personas por desconocimiento de las primeras maniobras frentre a una emergencia o -lo que es peor- por aplicarlas mal, basadas en ideas erróneas. Una firma de beneficencia británica, la St. John Ambulance, lanzó en Inglaterra una campaña para recordar qué se debe hacer frente a algunas situaciones muy habituales. Y elaboró una lista con los 10 mitos más comunes:



1 La ambulancia llegará en un minuto. No si usted acaba de llamarla. Según Paula Casal, instuctora de Primeros Auxilios de Cruz Roja

Argentina, "en nuestro país, lo mínimo que tarda en llegar es entre 15 y 20 minutos. Por eso hay que activar el servicio de emergencias lo antes posible pidiéndole a alguien que llame al 107/911 o haciéndolo uno mismo".



2 Es mejor no hacer nada antes que arriesgarse a empeorar las cosas. "Si alguien está sangrando y uno no hace nada, puede perder demasiada sangre, entrar en shock y morir" recuerda Isobel Kearl, de St. John Ambulance. Si alguien está inconsciente y respira, pero no está en la posición de recuperación, puede atragantarse con su propia lengua o vomitar o tener un ataque cardíaco (la causa de muerte más frecuente en el mundo occidental en adultos mayores de 35 años).



3 Si le sangra la nariz, hay que inclinar la cabeza para atrás. Esto es lo que hace el 30% de las personas, según St. John Ambulance, aunque eso puede hacer que la sangre pase por la garganta y cause vómitos o coágulos que podrían llegar a las vías respiratorias. Lo que debe hacerse es inclinar la cabeza hacia adelante, tapar la nariz y respirar por la boca. Si sigue sangrando 30 minutos después, vaya a un hospital.



4 Las víctimas de un ataque al corazón tendrían que acostarse en lugar de sentarse. Una de cada diez personas creen que esto es una buena idea, pero que puede dificultar la respiración. "Las personas que cursan un ataque cardíaco deben colocarse en una posición cómoda para ellas; normalmente se sientan porque eso les facilita la respiración. Lo principal es que se queden tranquilas y de inmediato llamar a emergencias", advierte la instructora Casal.



5 Si un brazo o pierna está sangrando mucho, hay que hacer un torniquete por encima de la herida. Si bien el 58 por ciento de las personas cree que habría que proceder de esa forma, la medida es totalmente errónea. Es una maniobra que puede interrumpir todo el flujo sanguíneo y causar, además, daño a los tejidos. "Jamás se debe hacer un torniquete" dice Casal. Y agrega: "Lo que hay que hacer es una presión directamente sobre la herida con apósitos estériles y limpios para lograr que coagule y disminuya el sangrado", indica Casal.

6 Nunca jamás se debe mover a alguien después de un accidente de tránsito, aun si no está respirando. Está muy bien preocuparse por una posible herida en la columna (algo que haría el 43 % de las personas involucradas en un hecho de esa naturaleza), pero es más importante asegurarse que la persona respire. Si está inconsciente, compruebe que sus vías respiratorias estén libres inclinándole la cabeza hacia atrás y levantando levemente su mentón. Aunque haya riesgo de lesión cervical, siempre hay que priorizar las vías respiratorias.



7 Si un chico toma lavandina hay que hacerlo vomitar. Esto puede causar más daño cuando el vómito abandona el organismo. Según Casal, "ante una intoxicación, hay que llamar primero al Centro Nacional de Intoxicaciones (0-800-333-0160 ) y seguir sus indicaciones. Jamás hay que provocar el vómito, salvo que el cuerpo lo manifieste solo".



8 Si alguien se está asfixiando porque se atragantó con algún objeto extraño, hay que ponerle los dedos en la garganta. Eso haría que el objeto se vaya más abajo. Si está tosiendo, incentívelo a que lo siga haciendo porque ésa es la manera que tiene el cuerpo de expulsar los objetos que obstruyen el paso de oxígeno. Una vez que dejó de toser, y si sigue sin respirar y cambia el color su piel, realizar la maniobra de Heimlich, conocida también como "estocada abdominal".



9 Si alguien sufre un ataque de epilepsia, hay que ponerle algo en la boca, una cuchara tal vez. Nunca hay que colocarle algo en la boca mientras se manifiesta la convulsión: se estaría tapando la entrada más grande de aire. "No hay que pensar que se va a tragar la lengua: la lengua es un músculo que está bien adherido. Sólo hay que controlar la duración del ataque, colocarle algo mullido debajo de la cabeza para amortiguar el golpe y dejar que la convulsión pase sola. Luego llamar al médico", puntualiza Casal.



10 Si alguien siente que se va a desmayar, debe colocar la cabeza entre las piernas. Si lo hace, puede caerse para adelante. En lugar de eso, acuéstese y espere a recuperarse. "El cuerpo compensa sólo la falta de oxígeno en el cerebro por lo que, si se mantiene acostado, se le va a hacer más fácil al corazón bombear y así redistribuir la sangre oxigenada a todos los órganos", finaliza Casal.

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domingo, 25 de abril de 2010

¿Sabías? Este árbol da frutos en el tronco

Se llama jabuticaba

Jabuticaba, también conocido como el Árbol de la uva, es un árbol único que se encuentra en Brasil, Paraguay y Argentina. A diferencia de otros árboles, su fruto puede ser arrancado y se come desde el tronco. Para sobrevivir, Jabuticaba ha evolucionado a fin de que sus frutos sean más accesibles a los animales que no pueden subir. De esta manera pueden llegar a la fruta, comer y expulsar las semillas lejos del árbol madre.

Los frutos del Jabuticaba son de color púrpura, jugosos, y pueden ser consumidos frescos, utilizados en jaleas, o se pueden dejar fermentar y transformarlos en vino y licor. Las cáscaras secas de las frutas del Jabuticaba se puede utilizar para tratar el asma y la diarrea, y los científicos esperan que sea de utilidad en la lucha contra el cáncer, ya que varios compuestos que se utilizan para combatir el cáncer han sido identificados en la fruta.

Puede parecer que estos árboles han sido infectados por algún tipo de enfermedad de las plantas, pero solo es evidencia de la evolución.









Acá con flores

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sábado, 24 de abril de 2010

Los peces... ¿Toman agua?

Leer para saber

Toda criatura viviente privada de agua en absoluto muere, pues se le paralizan sus fuerzas en tanto no pueda beber nuevamente. Todos los seres vivientes necesitan beber de una manera o de otra. Sabemos también que el agua ingerida se elimina pronto y que es preciso inferir nueva cantidad de ella; el hombre puede vivir sin tomar alimento durante cuarenta días, pero sólo resiste diez sin tomar agua.



Los peces beben, y claro es que, como viven en agua salada, no tienen otro remedio que beber de la misma. Pero no debemos suponer que los peces están bebiendo, cuando, al contemplarlos en un acuario, los vemos mover la boca como si tragasen agua. Los peces necesitan no sólo beber, sino respirar también; y como viven dentro del agua, tienen que respirar el oxígeno que contiene en disolución el agua en que ellos habitan.

Cuando los vemos ejecutar el movimiento indicado, lo que hacen es respirar, dejando pasar el agua a través de sus agallas, que substituyen en ellos a los pulmones. Esta agua no hace más que ceder a la sangre de los peces el oxígeno que contiene; pero no pasa a sus estómagos. Cuando los peces beben, tragan el agua por la boca, lo mismo que nosotros



Ahhh... ¿Y qué pasa si a un pez de agua salada lo ponemos en agua dulce?

Los peces pertenecientes a especies puramente marinas no pueden, por lo regular, vivir en el agua dulce de los ríos o de los lagos. Esto, desde luego, se explica respecto de los que habitan en las grandes profundidades del mar, porque están conformados para resistir presiones considerables, fuera de las cuales morirían. Es, pues, natural que no subsistan en los bajíos próximos a las costas, y mucho menos en las aguas de los ríos, cuya profundidad es menor todavía. Los peces del mar tropiezan, además, con otro obstáculo: necesitan, indispensablemente, la intensa salinidad de los mares, a que están acostumbrados, y por eso no pueden traspasar los límites de su ambiente natural. Asimismo es factor importante la temperatura del agua. Los peces de océano, habituados al agua caliente de las capas superiores, perecerían si los trasladasen repentinamente a las aguas frías. En lo tocante a este particular, los que moran en aguas profundas tienen la ventaja de que, si bien les es imposible subir a la superficie, en cambio pueden recorrer largas distancias, con tal que la profundidad sea bastante; porque a ciertas profundidades nunca varía la temperatura, de manera que los peces de las grandes profundidades pueden trasladarse del ecuador a las regiones polares sin molestia alguna.

Pero, no hay regla sin excepción; y, al decir que a los peces de mar no les conviene el agua dulce, hay que hacer algunas salvedades. Ciertas especies de tiburones, a favor de la marea, se remontan por algunos ríos. Se los encuentra en el lago de Nicaragua y en el lago Viti Levu de las islas Fidji, donde viven en el agua dulce. Hallamos, por otra parte, una especie de pez sierra en un lago de las islas Filipinas; y constituyen excepciones más notables todavía los peces que, como el salmón, han nacido en el agua de los ríos y luego van al mar a efectuar su desarrollo; y otros, como las anguilas, que nacen en el mar y remontan los ríos en busca de alimento. Por otra parte, hay peces tan delicados que, si con el mayor cuidado los sacamos de los ríos en que nacieron, y los trasladamos a otros de la misma clase de agua, se mueren.

En cambio, no faltan algunos, como el llamado espinoso, que pueden sacarse del mar, para soltarlos después en un río, donde se encontrarán perfectamente. Tenemos, además, el lepidosiren que, transportado de América del Sur a Europa en una masa de barro, revivió en un depósito de agua, en un criadero especial; mientras la carpa se conserva viva dentro de un trozo de hielo, y, transportada en esta forma desde una parte del mundo a otra, recobra todos sus bríos en cuanto el hielo se derrite.

El rey de los peces de agua dulce es el salmón, y algunos lo consideran como el rey de todos los peces. Es, sin duda, uno de los más hermosos y de carne más exquisita. Su vida ofrece curiosas particularidades; muchos sabios se han deleitado en estudiarla, si bien por largo tiempo fue para ellos un enigma. Estaban acostumbrados a ver grandes salmones remontándose por los ríos, y luego los veían volver río abajo, y como nunca advirtieran que llevaran crías con ellos, no podían figurarse que esos peces nacieran en los ríos.

Otras preguntas y sus respuestas


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jueves, 22 de abril de 2010

Lo último en tecnología

Inmejorable producto


Pronósticos de antes

El hombre y su preocupación por predecir el tiempo

Cada día oímos cómo el presentador de turno nos explica qué es lo debemos esperar del clima en las próximas 48 o 72 horas. Satélites meteorológicos, estaciones de monitoreo y simulaciones realizadas con los más avanzados superordenadores hacen posible estas predicciones. Pero, ¿cómo se realizaban los primeros pronósticos del tiempo? Hace 1000 o 2000 años también existían estas predicciones, y aunque se realizaban utilizando sanguijuelas, plantas, insectos y otros fenómenos naturales, a menudo resultaban fiables.

Actualmente, la ciencia es capaz de predecir con bastante acierto el clima que tendremos en los próximos días. Si bien es cierto que con alguna frecuencia se cometen algunos errores -sobre todo con los “pronósticos extendidos” -aquellos que se refieren a eventos que ocurrirán a más de 72 o 96 horas en el futuro- estas predicciones resultan lo suficientemente fiables como para que miles de millones de personas salgan cada mañana a la calle sabiendo como será el clima a lo largo del día, o para planificar las actividades del fin de semana. Para elaborar los pronósticos meteorológicos se emplea lo más avanzado que puede proveer nuestra tecnología: satélites meteorológicos que giran alrededor de nuestro planeta a miles de kilómetros de altura, estaciones terrestres que registran minuto a minuto parámetros como temperatura, presión atmosférica y humedad, y superordenadores capaces de -a partir de todos los datos disponibles- simular el estado del clima de las próximas horas. Sin embargo, los pronósticos del tiempo se realizan desde hace siglos, mucho antes de que la humanidad dispusiese de una tecnología que mereciese llamarse así. ¿Cómo lo hacían?

Carta del tiempo sobre Europa, correspondiente al 10 de diciembre  de 1887.
Carta del tiempo sobre Europa, correspondiente al 10 de diciembre de 1887.

En la antigüedad se asociaban los cambios del clima con el movimiento de los astros. Por ejemplo, los egipcios asociaban los ciclos de crecida del Nilo con los movimientos de las estrellas -que a su vez obedecían a los caprichos de los dioses- y los babilonios realizaban precarias predicciones del tiempo guiándose por el aspecto y color de la Luna o el cielo. Uno de los primeros trabajos relacionados con la meteorología y realizados con rigor científico fue “Meteorológica”, un libro escrito alrededor del año 340 a. C. por Aristóteles y que dio origen al término “meteorología”. En él, Aristóteles explicaba cómo realizar observaciones mixtas y especulaba sobre el origen de los fenómenos atmosféricos y celestes. Uno de los astros más utilizados en las predicciones meteorológicas antiguas es la Luna. De hecho, muchas de estas creencias -a menudo falaces- han sido inmortalizadas en proverbios y refranes. La fase y la posición de nuestro satélite natural se asociaban con las lluvias, el viento o cualquier otro fenómeno atmosférico.

En general, aquellos cuyos trabajos dependían más de las condiciones del tiempo fueron quienes primero se interesaron por estas cuestiones. Los marineros y los pastores fueron los primeros “meteorólogos”. Por ejemplo, uno de los primeros textos de predicción meteorológica, que data de 1670, se publicó en Inglaterra con el título de “El legado del pastor”. En sus páginas abundaban ejemplos de predicciones basadas en el estudio de los vientos, las nubes, el Sol y la niebla, del tipo “Sol muy rojo, agua en el ojo”. A pesar de que muchas de los métodos sugeridos eran erróneos, los modernos meteorólogos aseguran que algunos de los mecanismos utilizados se corresponden con principios básicos de la meteorología actual. De hecho, desde 1920 se sabe que en siete de cada diez ocasiones, el “sol rojo” aparece antes de las lluvias. El comportamiento de las plantas y los animales resultaba (y resulta) también muy útil para la predicción del tiempo. La pimpinela escarlata, por ejemplo, es casi tan precisa como un barómetro y reacciona rápidamente a los cambios atmosféricos. Cuando estas flores abren sus pétalos seguramente tendremos buen tiempo, ya que ante la llegada de la lluvia las flores reaccionan debido a la humedad y cierran sus pétalos para mantener el polen seco.

En 1643, Evangelista Torricelli inventaba oficialmente el  barómetro.
En 1643, Evangelista Torricelli inventaba oficialmente el barómetro.

Allá por los principios del siglo 17, el científico italiano Evangelista Torricelli -intrigado por las curiosas variaciones producidas en el nivel del mercurio contenido en un tubo de cristal, abierto en su parte inferior y colocado por el extremo abierto sobre un recipiente lleno de este elemento-, descubrió que dichos cambios reflejaban variaciones en la presión atmosférica. En 1643, inventaba oficialmente el barómetro. Pronto se descubrió que -a pesar de no ser la única señal importante- las variaciones de la presión atmosférica podían utilizarse para predecir tormentas, algo que hizo por primera vez el físico alemán Otto von Guericke en 1660. En el siglo XVIII se descubrió que la variación de la presión atmosférica estaba relacionaba con la velocidad del viento, y en 1854 se creó el Instituto Meteorológico Británico, que se encargaría de ofrecer pronósticos meteorológicos basados en las lecturas del barómetro y otros instrumentos.

Merryweather apostó a las sanguijuelas. Y perdió.

Sin embargo, la existencia de instrumentos fiables no desanimaba en absoluto a quienes pretendían realizar predicciones basándose en sistemas “sui generis”. Por ejemplo, un tal Dr. Merryweather presentó, en el marco de la exposición Universal que se celebró en el Palacio de Cristal de Londres, en 1851, un “Indicador de tempestades”. Se trataba de un invento que basaba su funcionamiento en el hecho de que “al menos una de las doce sanguijuelas que se encontraban introducidas en botellas de vidrio llenas con agua harían sonar una campana cuando se aproximaba una tempestad”. Merryweather aseguraba que sus sanguijuelas subirían a la superficie del agua al acercarse la tormenta, haciendo sonar las campanas. Confiado en la precisión de su dispositivo, llegó incluso a sugerir al gobierno que los instalase a lo largo de la costa de Gran Bretaña, para predecir las tempestades. Obviamente, la sugerencia fue desestimada y el invento olvidado.

¿Son los métodos actuales más precisos que las sanguijuelas de Merryweather? Seguro que sí. Sin embargo, la complejidad que presenta analizar el comportamiento de una esfera de 12.800 km de diámetro con una superficie irregular, girando a más de 1600 km/h, envuelta por una capa de 40 km de espesor compuesta por una mezcla de gases diferentes (cuyas concentraciones varían espacial y temporalmente), y calentada por un enorme reactor nuclear que se encuentra a 150 millones de kilómetros de distancia es enorme, y es lógico que los meteorólogos comentan algunos errores. Así y todo, su trabajo es lo suficientemente bueno como para que podamos utilizarlo a diario para planificar nuestro día.

¿No es increíble?

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martes, 13 de abril de 2010

Presidencia para chicos

Un lugar donde podés hacer muchas cosas:

Desde periodista por un día, aprender sobre política y presidentes argentinos o si querés visitar la sección de juegos.

Además si no conocés la Casa Rosada podés hacer un tour virtual
.

lunes, 12 de abril de 2010

El pez que habla

Para divertirse un rato!

Encontré esta aplicación q esta muy buena. Se trata de un pececito q relata todo lo que escribes. Elegí el idioma que prefieras

lunes, 5 de abril de 2010

Un zoológico en gotitas

Interesante... ¿no?!


Un minizoo del Cretácico atrapado en gotas de ámbar
Avispa de la familia Trichogrammatidae atrapada en resina. - A. S

Un equipo internacional de investigadores ha presentado hoy un minizoo fósil con decenas de hormigas, avispas, arañas y miles de hongos que vivieron hace unos 95 millones de años. Cada criatura ha quedado inmovilizada en fragmentos de resina fósil que se han encontrado en un valle a unos 150 kilómetros al norte de Addis Abeba (Etiopía).

El hallazgo abre una ventana única a la vida en los bosques que cubrían parte de África durante el Cretácico, ya que es el primer yacimiento de este tipo que se encuentra en el continente. "Casi todos los fósiles que hemos encontrado son especies nuevas", explica a Público Alexander Schmidt, investigador de la Universidad Georg-August Göttingen (Alemania). Se trata de al menos 30 artrópodos y miles de esporas de hongos, así como fragmentos de helechos y polen de flores.

La colección incluye avispas y hormigas del tiempo de los dinosaurios

Los artrópodos quedaron atrapados en la resina de uno de esos árboles los investigadores aún no saben de qué especie se trata cuando todavía existía Gondwana, la gran masa de tierra que dio lugar a Suramérica, África, Australia, India y la Antártida. Los yacimientos de ámbar son menos comunes en esta zona que en Laurasia, la otra gran plataforma de la que salieron Eurasia y América del Norte. Hasta el momento, los únicos insectos de la Gondwana de este periodo que se conservan en ámbar provienen de Líbano y Jordania, señala Schmidt.

No se podrá extraer ADN

El ámbar no servirá para cumplir el sueño de extraer ADN de la época, lo que es prácticamente imposible, considera Schmidt. Pero un primer vistazo al nuevo catálogo, publicado hoy en PNAS, arroja resultados que cuestionan teorías actuales. Uno de los fragmentos más valiosos es el que contiene una hormiga obrera. Hasta ahora se pensaba que estos insectos se originaron en Laurasia y desde allí se extendieron por el resto del mundo, explica Schmidt. Las nuevas pruebas lo contradicen y demuestran que especies de estos insectos ya vivían en la zona que engendraría los grandes continentes del Sur, señala. "Este nuevo hallazgo nos ayudará a trazar el árbol genealógico de los diferentes linajes de hormigas", añade.

Es el primer yacimiento de este tipo que se encuentra en África

La colección es lo más parecido a una fotografía. "Eran bosques tropicales cercanos a la costa dominados por coníferas extintas y otras que viven aún hoy", explica Schmidt. En los más de 60 fragmentos de ámbar hay restos de excrementos de escarabajos que contienen esporas de hongos. También hay rastros de helechos. Abundaban las pequeñas avispas y artrópodos voladores que se nutrían de larvas y otros que comían hongos. Los expertos también han encontrado especímenes que vivían de la materia orgánica en descomposición.

Los depredadores de este zoo eran la hormiga, que según Schmidt probablemente buscaba alimento en el suelo cuando quedó atrapada en la resina, y la araña linífida, que tejía sus redes entre la hojarasca. Entre los restos hay polen de angiospermas, las plantas con un sistema reproductor basado en flores que reemplazarían casi por completo a las grandes coníferas en los bosques, concluye Schmidt. Su equipo, con 19 investigadores de Europa, EEUU y África, analizará ahora en detalle cada fragmento para describir las nuevas especies que contienen.

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