Muchas veces pareciera que los animales nos enseñan cómo ser humanos.
Las vacas disfrutan resolviendo problemas, los pájaros chinos no entienden el idioma de los estadounidenses, las ovejas pueden entablar profundas amistades, los perros y ratas ríen, los chimpancés son solidarios... Según los últimos estudios, los animales se parecen a las personas mucho más de lo que imaginamos, en materia de sentimientos, lenguaje y relaciones.
Compartimos sentimientos...
Suele afirmarse que algunos animales parecen inteligentes y que muchas mascotas terminan pareciéndose a sus dueños, pero los indicios científicos van más allá y apuntan a que los animales de compañía ofrecen mucho más que eso, y que algunas fieras no son salvajes sino bastante civilizadas.
Además, si conociéramos los sentimientos del ganado, muchos nos replantearíamos nuestros hábitos de comer carnes y filetes.
Muchos animales son capaces de desarrollar sentimientos complejos, de sufrir cambios de ánimo y humor, de sostener comunicaciones de distintos niveles e incluso tienen personalidades que los diferencian uno de otros.
Es lo que sugieren una serie de recientes investigaciones y descubrimientos, que demuestran que llamar bestia o bruto a una persona a veces puede considerarse un elogio para el humano, o en el peor de los casos, un insulto para el animal...
Antes de decir de alguien que "es un bicho", piénselo mejor.
Las reses dicen ¡Eureka!:
Las ovejas se hacen amigas:
Según Bekoff, "lo que los animales sienten es muy importante, ya que tratan de negociar su supervivencia en un mundo dominado por los humanos y con frecuencia abusivo, en el que no son más que peones de nuestros esfuerzos incesantes y obsesivos por controlar sus vidas para nuestro beneficio, no el de ellos".
Los chimpancés son altruistas:
"Tenemos que entender que no somos los únicos seres en este planeta con mentes y personalidades", explica Goodall, quien ha pasado cuatro décadas y media estudiando a chimpancés en Africa y, asegura que se parecen mucho a los seres humanos.
Las aves orientales no entienden a las americanas:
Según el diario Beijing Evening News, el equipo para la dispersión de pájaros había grabado el canto de los pájaros estadounidenses y los sonidos de algunos enemigos naturales de los pájaros, pero "los pájaros locales no entendieron el idioma extranjero".
Así que expertos chinos han decidido "traducir" el canto de seis aves estadounidenses al de sus homólogas chinas, y están grabando los cantos de pájaros que son comunes en Pekín.
Humor de perros... y de ratas:
Este profesor de la Bowling Green State University de Ohio, en Estados Unidos, explica que los circuitos neurológicos para la risa existen en partes "antiguas" de nuestro cerebro, cuya estructura general compartimos con muchos animales.
Cuando se les hace cosquillas, las ratas se muestran socialmente ligadas a los humanos y rápidamente condicionadas a buscar esas cosquillas, explica el neurólogo.
Además sugiere que los chillidos podrían provocarlos los circuitos nerviosos del cerebro que liberan el neurotransmisor dopamina, los cuales también se "encienden" en el cerebro humano durante situaciones divertidas.
La personalidad de las mascotas:
El estudio agrupa a los perros en cuatro categorías: niveles de energía, afección-agresión, ansiedad-calma e inteligencia-estupidez. Cada rasgo comprende extremos positivos y negativos.
Este experto le preguntó a los dueños de perros que clasificaran a sus mascotas dentro de los cuatro rasgos de personalidad y después le pidió a extraños que hicieran lo mismo con estos perros.
Los niveles de ansiedad-calma los ha medido al estudiar la reacción de los perros al ver a su dueño alejarse con otro can, y para medir su inteligencia se utilizó su habilidad para recuperar una galleta debajo de una taza.
Estos rasgos fueron adaptados de modelos empleados en psicología para evaluar la personalidad humana.
Fuente
Los bonobos saben decir que no
Kimia y su cría de cuatro semanas, en el zoo de Cincinatti. | Al Behrman
Ya se conocía su capacidad de avisar a sus compañeros de un peligro ladeando la cabeza, pero es que los bonobos son cada vez más humanos. Un vídeo de la BBC muestra a una madre de esta especie que sacude la cabeza para indicar a su cría que no debe jugar con la comida.
Este gesto común a humanos y simios podría ser una reminiscencia evolutiva, según aventura la revista alemana Primates.
"Es la primera vez que se observa este tipo de comportamiento preventivo", ha declarado a la cadena británica Christel Schneider, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig (Alemania). En el estudio colabora también la Universidad Freie, de Berlín.
Los simios africanos de gran tamaño, como los bonobos (Pan paniscus) y los chimpancés (Pan troglodytes), son conocidos por sus gestos de cabeza para comunicarse con otros miembros del grupo.
También es frecuente que los bonobos indiquen con la cabeza que quieren iniciar una interacción o un juego con otros miembros de su comunidad. Sin embargo, este es el primer estudio en el que se toman imagenes de un mono que sacude su cabeza en un contexto negativo para prevenir del comportamiento de otro miembro de su especie.
Y si hablamos de las madres...
Las madres de las orcas y los delfines permanecen despiertas constantemente durante los primeros meses de vida de su cría. Aún hay cuidados más delicados, como el que brinda la madre morsa a su recién nacido, al bañarlo exhaustivamente con el equivalente animal a besos y abrazos.
Ven bajo mis alas
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