El viernes la bombardeamos de nuevo
Este viernes, el cráter Cabeus A, situado cerca de la región polar Sur de la Luna, será el sitio más observado del Sistema Solar. Esto se debe a que esta huella -de unos 40 kilómetros de diámetro- impresa en la superficie de nuestro satélite natural por el impacto de un meteorito, se ha convertido en el sitio donde se estrellará la sonda espacial LCROSS, de la NASA y un trozo del cohete Centaur. La agencia busca analizar la columna de escombros que se elevará tras el impacto para ver si hay rastros de agua..
Aunque mucha gente no lo sepa, la Luna nos ha servido de diana antes. Efectivamente, son muchas las sondas y restos de vehículos espaciales que han sido deliberadamente estrellados contra la superficie del satélite. En julio de 1999, por ejemplo, impactó en la Luna la sonda Lunar Prospector (de la NASA) y en septiembre de 2006, la Smart-1 (de la Agencia Europea del Espacio), una vez que había concluido su misión. En general, estos impactos han servido par efectuar análisis sismográficos de nuestro satélite. Sin embargo, esta vez enviaremos un par trozos de chatarra que golpearán la Luna a 9000 kilómetros por hora para generar una columna de polvo Lunar.
El vehículo elegido para tener el “honor” de impactar contra la Luna es la parte superior del cohete Centaur utilizado para llevar la sonda espacial LCROSS, de la NASA, a la órbita de nuestro satélite natural. La sonda, que partió de la Tierra el pasado 18 de junio, atravesará la pluma de polvo y escombros que generará el choque del cohete, la analizará buscando indicios de agua, transmitirá los datos a la Tierra y poco después se estrellará también contra la Luna.
LCROSS (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite) ha recorrido millones de kilómetros desde su lanzamiento, y finalmente ha llegado la hora de “suicidarse” para poder hacer su trabajo. Los científicos buscan obtener datos que confirmen o desmientan la teoría que dice que en los cráteres polares de la Luna, cuyas paredes están en penumbra permanente, podrían existir reservas de hielo. El evento, que tendrá lugar este viernes 9 de octubre a las 14:30 horas de España, se podrá seguir en directo desde el sitio web de la NASA. La transmisión comenzará una hora antes, con expertos de la agencia explicando los objetivos de la misión y detalles de la misma. Se estima que el espectáculo durará unos cinco minutos, aunque la parte más espectacular del choque se verá entre los 20 segundos y los dos minutos, dependiendo de las condiciones atmosféricas reinantes. Algunos intentos anteriores de hacer una maniobra similar a la de LCROSS o ha fracasado, o no ha obtenido resultados concluyentes sobre la existencia de agua lunar.
El impacto de la sonda LCROSS será sobre el cráter Cabeus, situado a 85 grados de latitud sur de la Luna. Se ha elegido ese sitio no solo por la estructura del cráter sino porque otras sondas espaciales han detectado en ese lugar la presencia de hidrógeno. “Se eligió esa zona para el impacto porque permanece en las sombras y es más probable que, si hay agua, pueda estar en ese lugar”, explica Lucía Sendón de Valery, geógrafa y directora del Planetario de Argentina. También se han tenido en cuenta las buenas condiciones de iluminación y visibilidad de los resultados del impacto para los observadores ubicados en la Tierra. El 9 de octubre, además de numerosos telescopios terrestres, estarán pendientes del evento el Telescopio Espacial Hubble, la sonda orbital Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) -que acompaño a LCROSS en su viaje- e incluso alguna nave en órbita de Marte. La NASA también ha pedido la colaboración de astrónomos aficionados para hacer un buen seguimiento del impacto.
Está previsto que el choque haga volar unas dos toneladas de rocas, creando un cráter de unos 20 metros de diámetro dentro de Cabeus. Al momento de chocar, los 2200 kilogramos de peso del trozo de Centaur se desplazarán a una velocidad de 9 mil kilómetros por hora, 5 veces más rápido que una bala de un Magnum 44. La NASA ha anunciado que dedicará el espectáculo al recientemente fallecido periodista Walter Cronkite, famoso por su cobertura del programa espacial tripulado de EEUU, incluida la llegada del hombre a la Luna.
Aunque mucha gente no lo sepa, la Luna nos ha servido de diana antes. Efectivamente, son muchas las sondas y restos de vehículos espaciales que han sido deliberadamente estrellados contra la superficie del satélite. En julio de 1999, por ejemplo, impactó en la Luna la sonda Lunar Prospector (de la NASA) y en septiembre de 2006, la Smart-1 (de la Agencia Europea del Espacio), una vez que había concluido su misión. En general, estos impactos han servido par efectuar análisis sismográficos de nuestro satélite. Sin embargo, esta vez enviaremos un par trozos de chatarra que golpearán la Luna a 9000 kilómetros por hora para generar una columna de polvo Lunar.
El vehículo elegido para tener el “honor” de impactar contra la Luna es la parte superior del cohete Centaur utilizado para llevar la sonda espacial LCROSS, de la NASA, a la órbita de nuestro satélite natural. La sonda, que partió de la Tierra el pasado 18 de junio, atravesará la pluma de polvo y escombros que generará el choque del cohete, la analizará buscando indicios de agua, transmitirá los datos a la Tierra y poco después se estrellará también contra la Luna.
LCROSS (Lunar Crater Observation and Sensing Satellite) ha recorrido millones de kilómetros desde su lanzamiento, y finalmente ha llegado la hora de “suicidarse” para poder hacer su trabajo. Los científicos buscan obtener datos que confirmen o desmientan la teoría que dice que en los cráteres polares de la Luna, cuyas paredes están en penumbra permanente, podrían existir reservas de hielo. El evento, que tendrá lugar este viernes 9 de octubre a las 14:30 horas de España, se podrá seguir en directo desde el sitio web de la NASA. La transmisión comenzará una hora antes, con expertos de la agencia explicando los objetivos de la misión y detalles de la misma. Se estima que el espectáculo durará unos cinco minutos, aunque la parte más espectacular del choque se verá entre los 20 segundos y los dos minutos, dependiendo de las condiciones atmosféricas reinantes. Algunos intentos anteriores de hacer una maniobra similar a la de LCROSS o ha fracasado, o no ha obtenido resultados concluyentes sobre la existencia de agua lunar.
El impacto de la sonda LCROSS será sobre el cráter Cabeus, situado a 85 grados de latitud sur de la Luna. Se ha elegido ese sitio no solo por la estructura del cráter sino porque otras sondas espaciales han detectado en ese lugar la presencia de hidrógeno. “Se eligió esa zona para el impacto porque permanece en las sombras y es más probable que, si hay agua, pueda estar en ese lugar”, explica Lucía Sendón de Valery, geógrafa y directora del Planetario de Argentina. También se han tenido en cuenta las buenas condiciones de iluminación y visibilidad de los resultados del impacto para los observadores ubicados en la Tierra. El 9 de octubre, además de numerosos telescopios terrestres, estarán pendientes del evento el Telescopio Espacial Hubble, la sonda orbital Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) -que acompaño a LCROSS en su viaje- e incluso alguna nave en órbita de Marte. La NASA también ha pedido la colaboración de astrónomos aficionados para hacer un buen seguimiento del impacto.
Está previsto que el choque haga volar unas dos toneladas de rocas, creando un cráter de unos 20 metros de diámetro dentro de Cabeus. Al momento de chocar, los 2200 kilogramos de peso del trozo de Centaur se desplazarán a una velocidad de 9 mil kilómetros por hora, 5 veces más rápido que una bala de un Magnum 44. La NASA ha anunciado que dedicará el espectáculo al recientemente fallecido periodista Walter Cronkite, famoso por su cobertura del programa espacial tripulado de EEUU, incluida la llegada del hombre a la Luna.
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